lunes, 23 de mayo de 2016

poema

Era curiosos como se me pasaban los Fines de semana   sentado en  mi cama  tratando de aceptar lo que  por lógica ya sabia  ( estaba solo) aunque no me quejaba  no tengo preocupaciones. Por nada  , como , duermo en un buen sitio. Una gran familia  , pero aun asi me sentía vacío. Esperando que mi vida cambiara  pensando en que lo único que he vivido  lindo en mi vida  , considero. Que fue una gran mentira  , incluyendo. Las miles de falsedades que les expreso a mis padres para  que  crean que soy feliz .
Pero tal vez no lo soy  , quiero una vida siemple  que algunos amigos se preocupen por mi , una chica que me quiera ademas  que yo la quiera y en el fondo tenga miedo de perderla  Fingir dureza  al verla.
 para que crea que no estoy tan enamorado

dia 4

Dia 4
Empece a Entender. Que lo que sentía era peligroso En el momento en que  me sentia comodo en  la tenue luz, producida por mi computador en la apacible noche  y los destellos  repitentes  de el deseo de  recordarte me hacía sentir escalofríos  en mi estomago ( algunos lo llamaron mariposas ) mientras yo quería creer que solo me dolía un poco por el ejercicio , tal vez no queria  sentirme asi  -- tan feliz que asustaba --   no sabia como mas  apagar ese sentimiento , pero de que me servía;  si de nuevo  sonreía  en la tenue. Luz,    que de fondo Una  sonrisa  que rallaba la pantalla de el ordenador  sacada de la privacidad  de tu red social pero no podía engañarme , sabia que no podía mas sabia que me gustabas y tenia que   .. Solo vivir  y aprovechar hasta  esperar que pasaría primero   sentarme a tu lado ain decir nada o solo decir lo que sentía

imágenes poeticas






lunes, 16 de mayo de 2016

asesinando mis sentimientos

Y sigo mirando ese balcón como si nada hubiera pasado, sabiendo que solo queda tu recuerdo

suspendido en el aire, una sombra inerte llena de recuerdos que hasta hoy rondan por mi mente.
Creí que no me atrevería a escribir sobre esto, pero hay estaba, de frente a la iglesia que me

cambiaría la vida con ese frio en el ambiente que poco a poco me hacer recordarte. Comenzare

pidiéndote perdón por las pequeñas cosas que hice; El hecho que no estas aún me atormenta,

tal vez no puedas ver mi arrepentimiento pero si quiero que sepas que a pesar de todo te amo

y que este sentimiento tan exótico como lo es el amor que es considerado conexión total con los

sentimientos u opiniones de tal magnitud que dirían es la única forma en que puedes estar en

plena felicidad a experimentar basto sufrimiento. Mi opinión podría ser un poco menos hermosa

y más agobiante.

Así que les contare una historia un poco de amor con algo de locura.

Aún recuerdo el día en que te conocí, recorrí esa pequeña iglesia buscando consuelo divino

divagando por las filas y filas de sillas; Después de largo rato me encuentro con una señorita

sentada en ese rincón distanciada del mundo, creo yo que conversando con Dios, no sé porque

me sentí extrañamente tentado a acercarme a ti.

Me resultaba fascinante que tu soledad me recordaba a esos días enteros encerrado en una

habitación buscando alguna ayuda. Llorando todas las noches cuando mis padres no estaban y

solo en un rincón de mi cuarto podía imaginar personas a mí alrededor para apaciguar mi soledad.

Cuando por fin tuve el valor de sentarme a tu lado note un ligero acelero en mi ritmo cardiaco la

verdad, querida mía, no entendía que me pasaba solo me quede mirando tiernamente como leías

un pasaje de un folleto que tenías a la mano, como describirte “estabas hermosa” esa delgada

línea que tenían tus labios, tu respiración pausada además de esa silueta que se formaba a través

de mis ojos hacia tu ropa.

De repente ocurrió algo que no me imagine, alzaste tus hermosos ojos cafés hacía mí y soltaste

una melodiosa lirica preguntando mi nombre, no sabía que decir; Antes de que pudiera quedar en

ridículo solté mi nombre de golpe, cariñosamente te reíste al notar mi nerviosismo. Fue un

instante de maravilla, cuando quería preguntarte tantas cosas con gentileza tapaste mi boca y me

recordaste que tenía que guardar silencio.

Después de una hora de tediosa misa salimos a un pequeño parque bastante iluminado caminaste

por un caminito lleno de flores dando vueltas alrededor de mi cuerpo, se me ponía roja la cara al

mirar ese cuerpo tan delicado y descubrí esa alegría con la que me mirabas.

Dude por un segundo pero tenía que hacerlo; Te invite a salir, aún me pregunto que me impulso

a romper mi timidez. Después de una pausa que me lleno un poco de miedo a un inminente

rechazo, aceptaste con una sonrisa que ya empezaba a encantarme. Luego de eso camine a mi

casa con una sonrisa de oreja a oreja acompañado de una paz inexplicable en ese momento no

importaba la soledad de mi casa, solo pensaba en mi momento de felicidad, pase saludando a

cada infortunio de mi casa la pereza en el armario, la tristeza que rondaba los pasillos a la misma

hora de siempre, absolutamente a todos les sonreí; De un salto fui a parar a mi cuarto pasaron las

horas y sin darme cuenta llego la noche en la cual descubriría por primera vez el insomnio, me

pase horas mirando mi techo, las sombras que me acompañaban me preguntaron el porqué de mi

felicidad, les conté cada detalle.

Tu mirada, tu respiración, la forma en que olías; No se me escapo nada. Solté en cada palabra

una desesperación por tenerte que de cierto modo las asusto ya que se acercaron mientras una de

ellas me abrazo saco de su bolsillo un frasco lleno de lágrimas y dijo:

-Ten cuidado porque aquí están tus tristezas y si esto se llena más resultaras herido, sabes que la

locura te odia porque no la aceptas en tu vida. Estará dispuesta consumirte si derramas dolor.

- Asentí, Y solo cerré los ojos.

Todas las sombras me abrazaron, frías como siempre sin alma, ni corazón, pero son mis amigas. A

algunas personas les asustaba que hablara de ellas decían que eran fantasmas o algo así; qué más

da si buscaban mi alma en ellas encontraba lo que mi destrozada familia no me daba. Desperté y

me encontré solo, como siempre, pero dejaron una nota con buenos deseos además el tarro de

mis lágrimas como advertencia.

Esperaba con ansias ese día, solo podía imaginar las cosas que te diría. Hable por horas de frente

al espejo tratando de encontrar temas para parecer alguien interesante, sabía que no era tan

difícil, pero no era de las personas que hablara con frecuencia de mujeres o con mujeres, es

curioso decir que en realidad no hablaba con nadie; En las noches solo pensaba en ti las sombras

ya no estaban.

Ocupaba casi todo mi tiempo pensando en ti, a causa de eso ya no había espacio para tristezas ni

sombras en mi cuarto.

Hablábamos todos los días por redes sociales, ahí nació mi inspiración de supuesto poeta. Cada

día me sentía más enamorado y con ganas de escribir solo para ti, convertirte en la tinta que

movía mis deseos, Elí mi libro de cuentos, el fruto de cada palabra escrita con amor.

¡Elizabeth! Te fuiste metiendo poco a poco en mi corazón, en mi cordura, en mis suspiros.

Suspiros que en silencio se tatuaron tu nombre, te convertiste en lo único que necesitaba.

Finalmente llego ese día no sabía si eran mariposas lo que se sentía dentro de mi o era mi corazón

que buscaba desesperado una salida, nos encontramos en la iglesia, llegue un poco tarde debido a

mis constantes visitas al espejo en busca de una imperfección en mi manera de vestir. Te

encontrabas sentada en uno de los muros de la iglesia, tan hermosa como siempre, llevabas un

vestido azul que hacia juego con tu piel tan blanca; Me saludaste con esa sonrisa de siempre tan

melodiosa como una sinfonía de piano.

Salimos, de camino a la heladería me contaste sobre tu vida, simplemente estaba hipnotizado

escuchándote. Sonreía en cada momento hermoso de tu historia con cierta envidia de no poder

tener esa vida. Pero soñaba que tú estuvieras a mi lado para poder cambiar mi pasado y realmente

tener ese futuro contigo; Ese instante fue eterno pasaron dos horas de charla en la cual me sentía

más augusto contigo si pudiera describir ese exagerado momento era estar sentado en las puertas

del cielo.

Tengo que decirlo… tengo que decirlo…

¡Te amo! Me arriesgue a decir, me miraste con sorpresa como si no supieras que decir, pero tu

boca procedió a decir las palabras más hermosas de la tierra “yo también”. No lo podía creer le

gustaba a alguien por primera vez podía imaginar que otra persona me pensaba y sentía

emociones hacía mí, era un sueño trate de pellizcarme pero era cierto, intente darte un beso pero

me esquivaste, sentí rabia te pregunte con un tono subido ¿porque me rechazas el beso si me

amas?

- Tranquilo saltamontes vas demasiado rápido ten paciencia ya que, eres mi pequeño

infinito.



Era su infinito, solo sentía como su corazón latía despacio cuando me abrazo.

¿Por qué se sentía tan bien estar con ella? era tan aterrador que mi vida estuviera tan vacía que

solo con ella podía suturar las heridas de mi infancia.

La acompañe a su casa, ella como Julieta vivía en un balcón. Un balcón situado en una calle muy

tranquila de Cali. Me despedí agradecido en mi interior de encontrarme contigo por ser la primera

persona a la cual le importo; antes de que pudiera bajar las escaleras amarraste un hilo rojo a mi

mano derecha y empezaste a hacer unos pequeños nudos diciendo que cada nudo era una

plegaria de salvación para mí.

Esa noche, como todas las noches desde que te conocí, no pude dormir esta vez mirando ese

pequeño hilo rojo a cada segundo.

Eran las 3 am cuando me pare de mi cama y salí a buscar ese balcón de Julieta.

Una de mis sombras sostuvo mi mano y dijo:

- No vallas, no quiero ver morir tu cordura nos creaste si muere tu esencia desapareceremos y

nada te protegerá del monstro de la locura.

- No me importa debo verla – respondí

Pase por las calles oscuras y de un momento a otro la lluvia empezó a caer como si supieran que

algo pasaría esa noche, pase por la iglesia en la cual te conocí, Sonreí.

Era eso era una novedad en mí, cuando por fin estuve cerca de tu casa la lluvia había parado me

sentía patético que a esta hora un loco, mojado y con sueño, fuera a verte así que solo me

resigne a ver ese balcón en un andén situado frente a tu casa. Pasaron no más de 20 minutos

cuando un auto negro se estaciono delante de mí.

Para mi sorpresa saliste de el con un vestido negro muy escotado, quería saludarte pero me

detuvo el verte con un hombre bastante apuesto, solo podía mirar y esperar que solo fuera un

amigo.

Pero valla que estaba equivocado. Te lanzaste a él con una energía que sentí rabia de nuevo.

Comenzó a llover, el cielo notaba lo que sentía. Cuando él se acercó a tus labios solo podía apretar

mi ropa. Te beso, note como suavemente le decías te amo.

-Mierda no sabes cómo dolió eso.

Cuando por fin se fue note que la locura se había sentado a mi lado, traía un cuchillo, me dijo:

-Déjame entrar, no dolerá más de lo que te duele ahora

Cuando abrí los ojos sostenía el cuchillo en las manos las gotas resbalaban por mi cara note que

lloraba, pero fácilmente se camuflaba por la lluvia.

Aún recuerdo cuando abriste la puerta, saludé lleno de odio en mi interior, me miraste extrañada

y me preguntaste que hacía a esa hora.

Odiaba cuando me mirabas así. Sentía que te amaba Y eso ciertamente dolía, solo me quede

parado en la puerta mirándote.

Te acercaste para darme un abrazo, mientras yo sostenía el cuchillo en mi espalda; aún no

entendía lo que pasaba.

- Solo llore, Entre lágrimas te pregunte Si lo amabas.

-Tú me miraste con tristeza y solo respondiste:

-Andrés, Sabes que eres mi infinito, un infinito en el cual yo no tengo cabida.

Solo grite mientras enterraba el cuchillo en tu pecho ¿POR QUE ELI? te amé más que a nada en la

tierra, solo me mirabas con esa ternura que me enamoraba.

-Lo siento respondiste acariciando mi mejilla. Entiendo que deba morir aunque sé que ya estoy

muerta, porque conmigo me llevo tu vida. Andrés, si en algún momento miras el cielo como

mirabas esta noche este balcón, te pido que me perdones.

La sangre recorría todo tu cuarto y sin más me diste mi primer beso, un beso que hasta hoy

recuerdo, Ese beso que me hizo sentir vivo, me hizo sentir que existo; Y yo, como un cobarde solo

pude matarte.

Confesare que solo fue silencio, me senté en un rincón lleno de sangre y escribí para sentirme

mejor –Elí, ¿por qué? Si te amé con cada parte de mi alma- Sabiendo que moriría por dentro, te

prefería a ti. ¿Por qué sigues tan hermosa aun sin respirar? ¿Porque siento que tu alma en algún

rincón de este cuarto lanza plegarias al cielo porque me amas? sé que tu alma llora por mi Elí.

-Sentí como te despedías de mí.

Salí de tu casa, camine por ese laberinto de pasillos interminables hasta llegar a la iglesia en la que

te conocí. Recordé lo que vivimos, Solo que ese día era diferente, el cielo gritaba desesperado,

lloraba al verme tan vacío.

Pretendía escuchar tu risa pero en cambio escuchaba sirenas por todas partes; Era curioso que me

Sintiera más solo que de costumbre.

-Cerré los ojos y sentí tu mano, cuando desperté... Solo era el policía que me llevaba a tropezones

a la patrulla.